Suspiria, de Dario Argento, es una de mis películas favoritas. Tiene sus problemas, como toda película o incluo toda creación, pero los aciertos de esta película me resultan tan satisfactorios que hacen que ignore los fallos o, mejor dicho, las debilidades que puede tener.
Esta entrada va a tener unos cuantos spoilers en general. Avisaré cuando sean detalles importantes de la trama para que saltéis esa parte, y procuraré mantenerlos al mínimo en el resto de la entrada.
La protagonista, Suzy Bannion (Jessica Harper) es una bailarina de Nueva York que acaba de llegar a Freiburg para estudiar baile en una prestigiosa academia. La noche en que su avión llega a Alemania está diluviando, y cuando el taxi la deja en la puerta de la academia, ve aparecer en la puerta a una chica que grita algo que no consigue escuchar por la tormenta, justo antes de salir corriendo. Cuando Suzy llama al telefonillo, la persona que contesta le dice que no sabe quién es y que se vaya de allí. Cuando Suzy vuelve a la mañana siguiente, le informan de que la chica que vio salir huyendo fue asesinada la noche anterior. A partir de ahí, Suzy empieza a darse cuenta de que en la academia hay algo raro, y la cosa se va a torcer bastante.
Suspiria es uno de los pocos casos en los que la trama de la película es una de las cosas que menos me interesa. Sus puntos fuertes son la fotografía y la dirección de sonido.
Sinceramente, el sonido es lo que más me hace disfrutar de esta película, por encima del aspecto visual. La banda sonora, que muchas veces hace la función de efectos de sonido, es de Goblin, un grupo de rock progresivo italiano que han basado casi toda su carrera en hacer bandas sonoras, principalmente de películas del género de terror. Además de Suspiria han participado en otras películas de Dario Argento (Profondo Rosso o Phenomena), además de cosas tan icónicas como Zombi (la Dawn of the Dead original de Romero).
El tema principal, que es una de las músicas más conocidas de este género y que os dejo aquí, aparece muy a menudo en la película. Suspiria no se apoya mucho en los sustos dando golpes de volumen, sino todo lo contrario. La música aparece a bajo volumen, con un ostinato de unas cuantas notas que se repiten una y otra vez mientras aumenta en un crescendo que, cuando te das cuenta, sólo te deja oír esa música por encima de la película. Al primer instrumento se le suman más conforme pasa el tiempo, aparece una voz demoníaca tarareando la melodía, se suman percusiones y termina todo siendo un muro de sonido en el que apenas se distingue nada y parece casi vudú, que no te deja pensar en nada más que en lo que estás viendo. Normalmente todo culmina en una explosión sonora y visual con algo impactante que ocurre en la película, que se descubre en el momento de mayor intensidad, o simplemente cortándose de golpe en un cambio de escena, dejando una sensación de inquietud y de desasosiego mientras esperas que llegue lo que se estaba anunciando y que no termina de llegar, lo cual deja una sensación de que algo no va bien.
Visualmente, la película hace un uso de la composición y del color totalmente único en su época. A continuación tenéis algunas capturas para que os hagáis una idea de lo que digo (haced click para ver las imágenes más grandes).
La influencia del cine expresionista alemán es clara, no sólo visualmente sino en el hecho de que la arquitectura refleja el estado anímico y psicológico de los personajes. Aquí tenéis para comparar algunas capturas de cine clásico de este género (click para agrandar otra vez).
El gabinete del Dr. Caligari (Robert Wiene - 1920)
Metropolis (Fritz Lang - 1927)
La impresión de la película (que no el rodaje) se hizo en Technicolor, que por aquel entonces ya estaba obsoleto. Además el encargado de la fotografía, Luciano Tovoli utilizó sábanas de colores para dar color a la luz, en lugar de los filtros típicos, lo cual da un resultado más saturado e irreal, como ya habréis visto en las capturas de arriba.
Tovoli dijo en alguna ocasión que no pretendían conseguir algo realista con Suspiria, sino todo lo contrario. Algo que siempre me ha llamado la atención y no para bien es la sangre. En esta película, el gore está muy logrado, las heridas, la carne y demás son un disfrute para los que disfrutamos de los efectos especiales prácticos y el maquillaje. Sin embargo, y nunca he sabido por qué, la sangre es Titanlux rosa chicle.
Tanto la textura como el color recuerdan más bien poco a la sangre. Esto no es accidental, porque en un momento de la película la protagonista tira un vaso de vino tinto (que en la película relacionan muy estrechamente con la sangre) por el lavabo y deja unas manchas que me hacen pensar que incluso puede tener base de aceite, o al menos no ser soluble en agua. No se me ocurre ningún sustituto para la sangre que se usara en el cine y tuviera estas características (aunque no soy ningún experto en la materia, sólo un enamorado de estos efectos):
En otro orden de cosas, siempre he visto esta película en inglés, aunque nunca he tenido muy claro cuál es el idioma de la versión original. Creo que los actores hablaban en inglés, pero que la versión en italiano de la película tiene una mejor edición de sonido. El caso es que los actores están doblados y se nota muchísimo porque no es un trabajo demasiado fino. En casi todas las películas, incluso en versión original, se graba el audio por separado, no se utiliza el sonido del rodaje. Aun así, en la versión que siempre he visto de Suspiria los actores suenan fatal y la grabación de los diálogos deja mucho que desear.
Por otro la actuación es muy exagerada. Todo el mundo parece Sarah Bernhardt llevándose las manos a la cabeza y declamando. Esto es tal vez otra muestra de la influencia del cine expresionista, por lo cual tampoco lo voy a poner como un gran problema, pero personalmente me gusta menos.
Spoiler del último tercio de la película
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Quiero mencionar una de mis escenas favoritas de la película, cuando Suzy se reúne con Frank, el psicólogo y amigo de Sara, y se menciona por primera vez la brujería. Tras hablar sobre Sara, Frank le cuenta a Suzy la historia de la academia, que fue fundada por una inmigrante griega, Helena Markos (inspirada en una figura real muy interesante, la ocultista Helena Blavatsky), que tuvo problemas en todos los países por los que pasó por las sospechas de que fuera una bruja. De hecho la academia inicialmente era un centro de estudio de las artes y las ciencias ocultas. Después de la muerte de Markos en un incendio, la escuela pasó a manos de una alumna suya, que la convertió en una academia de baile. Después de esta conversiación, Frank le presenta a Suzy al profesor Milius, un especialista en el estudio de la brujería. Milius explica a grandes rasgos qué son las brujas, cómo funcionan y qué persiguen.
Es básicamente exposición, pero lo llamativo es el cambio de tono respecto al resto de la película. Esta escena en la que se habla de cosas más aterrizadas ocurre de día, al aire libre, en el exterior de un edificio totalmente normal (sin los colores y formas llamativas del resto de la película), todo está bien iluminado, apenas hay música...
El tono de la película vuelve a girar ligeramente hacia el anterior, empieza a sonar el tema principal a un volumen muy bajo, el plano vuelve a ser más "excéntrico" cuando los personajes se muestran a través del reflejo de un cristal que los distorsiona... en el momento en que Suzy habla con Milius, que le está hablando de las brujas. Este manejo del tono puede pasar desapercibido, pero controla muy bien la expectativa del espectador.
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A pesar de que he visto Suspiria mil veces, nunca he visto las otras dos películas que forman la trilogía de las Tres Madres, por lo que no puedo hablar de su posición en dicha trilogía, ni cómo se compara con las demás. Pero sí voy a decir que la temática de las brujas es probablemente mi favorita del cine de terror (por encima de cosas como los vampiros o los zombies, que también me gustan), y creo que casi siempre ha sido injustamente ignorada. Aun así hay muy buenas películas sobre brujas, muy interesantes y que merecen la pena, así que os invito a que investiguéis y las veáis.
En fin, sé que quizá no sea una película que pueda gustar a todo el mundo, pero ya os digo que es de mis películas favoritas ever y creo que es imprescindible en la historia del cine de terror. También os digo que aunque me encanta el género de terror, nunca me ha gustado "asustarme" ni las películas "de miedo", supongo que sabéis a qué me refiero. Tened eso en cuenta a la hora de aceptar o no mi recomendación.
PD: Sí, sale Migue Bosé en mallas bailando ballet.
PD: Sí, sale Migue Bosé en mallas bailando ballet.